Cuando
para montar las redes tienes que cargar cuesta arriba campo a través, durante
media hora o más y cuando aún falta una hora para que amanezca, con 24 metros
de tubos metálicos de 8 centrímetros de diámetro y el resto de redes, vientos y
herramientas de medida, el anillamiento no se presenta precisamente como una
actividad gratificante.
Si
a esto añades que las probabilidades de no capturar ningún ejemplar son muy
altas, dado que la especie en concreto vive en hayedos maduros con árboles de
más de 20 metros de altura, que se mueve por las copas y que apenas hace caso a
los reclamos sonoros o visuales, hay que ser algo tozudo para no mandarlo todo
a paseo y darte por vencido.
Esa
fué más o menos la toma de contacto con el anillamiento del amigo David Campión
durante la pasada primavera!
Es
verdad que cuando por fin la suerte te
sonríe y consigues marcar el primer ejemplar de pico Dorsiblanco / White-backed
woodpecker (Dendrocopos leucotos lilfordi) de la península ibérica, y luego el segundo, y el
tercero, y el cuarto, y el quinto y el sexto...se te olvidan todas las penurias
que has pasado hasta entonces, pero me parecía imprescindible que el pobre
David conociese también ese otro anillamiento amable, de especies agradecidas,
abundantes y fáciles de manejar.
Los hermanos Tonetti con el sexto dorsiblanco |
Por eso cuando me comentó la posibilidad de
montar una jornada de anillamiento con niños en su pueblo, no hubo duda alguna
y fijamos fecha y emplazamiento.
Faltaba
aún una hora para la salida del sol cuando ya teníamos las redes montadas entre
unas matas de zarza y rosa canina cerca de la ermita de Santa Engracia de Egillor.
Tras
echar el primer café y un trozo de torta de txantxigorri en la Sociedad dímos
la primer vuelta a las redes con tan sólo un Petirrojo / Robin (Erithacus rubecula) capturado. Llevaban poco rato abiertas y aún no era la
hora buena, pero yo notaba que David aún no estaba convencido de que realmente
fueramos a anillar la veintena de pájaros que yo le había prometido. Poco a
poco fué llegando más gente a la ermita y nos dirigimos de nuevo a las redes, a
ver si en esta segunda vuelta la cosa tenía algo más de colorido.
Y
como no podía ser de otra manera en ese punto y en estas fechas, ahí teníamos
un buen porrón de currucas Capirotadas! Qué bicho más agradecido y más bueno
para anillar con niños!
Esto
ya se parecía más a lo que yo le contaba a David que era “ir a anillar” mientras pasabamos las horas quietos en el hayedo
viendo como los dorsiblancos nos pasaban por encima de la red!
Con
unos secretarios número uno apuntando las medidas y los zagales liberando las
aves anilladas se nos pasó el rato rápidamente y tuvimos que ir a la segunda
vuelta.
Una ayudante de Egillor liberando currucas |
En
esta segunda remesa los protagonistas fueron los páridos, con una familia de
Herrerillos / Blue tit (Cyanistes caeruleus) y otra de Carboneros / Great
tit (Parus major), que tras hacerme la manicura, deleitaron a niños y mayores.
Disfrutando de la manicura de un herrerillo sin presión |
Y
ya con la tarea hecha, recogimos los bártulos y nos aplicamos con ganas al
jamón, el queso y el vino, que para todo tiene que haber tiempo!
Resumiendo,
que disfrutamos de una mañana soleada, super a gusto con una gente bien maja,
un número manejable de pájaros pero suficiente como para que todos lo niños
pudiesen liberar alguno y de paso demostrándole a David que se puede anillar
sin sufrir!