Días 19-20: de Tudela a Bishkek con escala en Calatayud
Con todo organizado y más nervios que unos adolescentes en el viaje de fin de curso, estábamos el viernes 19 en la estación de tren de Tudela para iniciar el viaje con el regional a Zaragoza. Como somos medio tontos, en cuanto vimos aparecer un tren, 10 minutos antes de la hora que ponía en nuestros billetes, nos subimos los cuatro y comenzamos a buscar unos asientos libres que no aparecían. Tras hacer la comedia y dar por riau a medio vagón, conseguimos encajar las maletas, pero cuando paso la revisora y nos pidió los billetes, entendimos por qué no encontrábamos hueco, ya que nos habíamos subido al AVE que iba a Madrid sin paradas en lugar del regional que iba a Zaragoza y que paraba en todos los pueblos del mundo! Cuando le explicamos a esa pobre muchacha que teníamos que llegar a Barcelona para coger un vuelo a Kirguistán con escala en Estambul, el resto de viajeros del vagón empezaron a pensar que en realidad éramos un grupo de comediantes contratados como entretenimiento. Además, para más inri, a mi espalda escucho una voz conocida; Adriana, una moza de mi pueblo que además es profesora en el cole de mis hijos partiéndose el culo “de verdad crees que vas a llegar a Kirguistán? si os habéis perdido entre Tudela y Zaragoza!, cuando se lo diga a Marimar…!
Total, que la revisora nos vió con cara de buenas personas (o de demasiado zoquetes),
e apiadó de nosotros y, no me digas cómo, pero consiguió que el AVE parase en la estación de Calatayud para que ahí pudiéramos coger otro tren en sentido contrario que iba directo a Barcelona. Cuando le explicamos la situación al señor que estaba en la estación de Calatayud nos miró unos segundos un cara de entre lástima y cachondeo, hizo algunas llamadas y nos dió un papel reciclado en el que había escrito con boli “AVLO 3609, coche 005…” para que lo usáramos como billete
en el AVE que pararía en Calatayud a las 19:00. Cágate lorito!
Total, que aún nos dio tiempo de echar una cosa parecida a cerveza que llaman radler en el bar de al lado antes de volver al tren.
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Tranquilos chavales, todo va a salir bien decía el tío! |
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Billete VIP Calatayud-Barcelona |
Una vez superada esta etapa, coger el primer avión en Barcelona, hacer el transbordo en el aeropuerto gigante de Estambul, comprar una tarjeta SIM a las 2 de la mañana en el aeropuerto de Biskek y entendernos con un taxista que sólo hablaba ruso para que nos llevara al hotel, era pan comido y nos salió rodado!
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Prueba superada! |
Día 21
A pesar de que llegamos a Biskek a las 2 de la mañana, al día siguiente nos levantamos a una hora decente, recogimos el coche de alquiler y a las 11:00 ya estábamos con Kuban ultimando los detalles de nuestra estancia en Shamshy y anotando recomendaciones acerca de los puntos más interesantes de nuestro primer destino: el parque nacional Ala Archa. Este parque está ubicado en las montañas de Tian Shan a poco más de media hora de Biskek y, sin duda, es un destino obligado.
La entrada se sitúa a poco más de 1.500 m, con una zona de praderas junto al río Ala Archa, y es una zona muy concurrida por los turistas locales en plan picnic de fin de semana, pero en cuanto empiezas a subir, apenas hay gente. Esa zona junto al río es muy buena para ver el pico ibis (Ibidorhyncha struthersii), pero entre semana, ya que el domingo que estuvimos nosotros, las orillas del río estaban llenas de gente y era imposible ni siquiera intentarlo. El parque tiene unos cuantos glaciares y picos de casi 5.000 m. pero como nosotros tan sólo le podíamos dedicar un día, nos limitamos a seguir la ruta al glaciar Askay hasta una altura de poco más de 2000 disfrutando de las liebres del Himalaya (Lepus tolai), las marmotas grises (Marmota balbacina), los carboneros nuquirufos (Periparus rufonuchalis) los petirrojos del Himalaya (Calliope pectoralis), los quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) o el amenazado buitre del Himalaya (Gyps himalayensis) (lista completa en ebird: https://ebird.org/checklist/S138713878 )
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Glaciar Askay |
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Parte baja de Ala Archa, donde se suelo ver el pico ibis |
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Ardilla roja (blanquecina más bien) acostumbrada a que la alimenten en la parte baja de Ala Archa
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Y la misma situación con un carbonero nuquirufo |
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Bicho guapo el nuquirrufo este |
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Ya en la zona sin gente disfrutando de los bichos |
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Y, sin duda, este era uno de los más fotogénicos |
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Pero las marmotas también se gustaban |
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A la espera de ver salir el perdigallo himalayo |
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Nos conformamos con las inesperadas liebres tolai |
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Sergei ranger mirando al horizonte |
Día 22
A la mañana siguiente decidimos, con mucho acierto, dar una vuelta en el entorno del Hotel Olive, ya que en el pequeño soto y la zona de pastos intercalados con pequeñas casetas de recreo sacamos un buen montón de especies incluídas las dos especies de mirlo acuático (Cinclus cinclus y C. pallasi), la lavandera blanca personata (Motacilla alba personata), la curruca zarcerilla (Sylvia curruca) y el arenga (Myophonus caeruleus), una especie de zorzal azul raruno al que le teníamos muchas ganas (https://ebird.org/checklist/S139278201).
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Cinclus pallasi |
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Lavandera blanca personata |
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Arenga (Myophonus caeruleus) |
Tras el paseillo, empezamos el camino hacia la reserva de Shamsy parando cada poco cuando veíamos alguna zona con movimiento de bichos. La más interesante fué sin duda unos barbechos bordeados por una línea de árboles cerca del cementerio de Biskek, donde entre otros, vimos 3 especies de alcaudón (L. minor, L.schach y L. phoenicuroides), el escribano carirrojo (Emberiza bruniceps), el ratonero moro (Buteo rufinus), la tarabilla siberiana (Saxicola maura), un camión de carracas (C. garrulus) y un inesperado “perrillo de las praderas” (Spermophilus relictus) que además posó un rato a gusto para delicia del amigo Toño (https://ebird.org/checklist/S139278718 )
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Ratonero moro en ruta |
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Tarabilla siberiana |
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Escribano carirrojo |
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Ardilla terrestre asiática (Spermophilus relictus)
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Lanius phoenicuroides |
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Lanius minor |
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Lanius schanch |
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Una de las múltiples carracas |
En Tokmok nos juntamos con “Emil”, el guarda de la snow leopard trust que sería nuestro rastreador, cocinero y preparador de te chai durante los siguientes 3 días, dejamos atrás las carreteras y comenzamos el camino a Shamshy. Se tratra de una antigua reserva de caza que desde 2015 está dirigida a la conservación de la fauna, en especial del leopardo de las nieves (https://snowleopard.org/a-first-glimpse-at-the-wildlife-of-shamshy-sanctuary/) . La gestión corre a cargo de la snow leopart trust y va dirigida a compatibilizar el desarrollo de la gente que vive en ese entorno (principalmente pastores) con la conservación del leopardo (https://youtu.be/Qjgemg2urSk)
Días 23-25
A pesar de que no conseguimos ver al leopardo y que la meteorología fue durilla la estancia en Shamshy fué una autentica pasada. Desde la misma cabaña veíamos cada mañana a los Ibices himalayos pastando en el collado, una pareja de esmerejones (Falco columbarius) defendiendo su nido en una picea de unas cansinas cornejas (Corvus corone), un alcotán (Falco subbuteo) y una pareja de gavilanes (Accipiter nisus), 4 especies de colirrojo diferentes (Phoenicurus erythronotus, P. coeruleocephala, P. phoenicurus y P. o. samaricus) y a cual más bonita, las pericles chukar (Alectoris chukar) e incluso el carbonerito de Sophie (Leptopoecile sophiae) que tan sólo Toño fué capaz de fotografiar fugazmente.
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Buscando íbices desde la cabaña de Shamshy |
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Y ahí estaban los primeros |
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Phoenicurus erythronotus |
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Phoenicurus caeruleocephala |
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Las chukar era fácil oirlas, pero las bandidas no salían apenas de matorral |
Y si el entorno de la cabaña era espectacular, las zonas altas donde Emil colocaba sus cámaras trampa y donde tratamos de buscar al leopardo ya ni te cuento. Cada mañana, Emil nos preparaba un desayuno potente; bien de pasas, huevos duros, pepino y te chai a punta pala y, si no nevaba o llovía mucho, nos montaba en los caballos y para arriba a buscar comida de leopardo, osease, íbices. Al principio nos costó un poco hacer la vista y era Emil el que nos los sacaba, pero al final del primer día, “Sergei Ranger”, ya había cambiado las gafas de gangas bardeneras por las de ibice montañero y le trataba de quitar el puesto. Para cuatro cuarentones que no habían montado a caballo prácticamente nunca, subir por aquellas cuestas con nieve, por enmedio del río, cayendo aguanieve todo el rato, sin cobertura…al principio daba un poco de respeto, pero en cuanto vimos que los caballos ibán sólo, nos relajamos y nos centramos en disfrutar del sitio. El número especies no fué demasiado alto y se nos resistieron alguna como el perdigallo himalayo (Tetraogallus himalayensis) a la que le teníamos muchas ganas, pero aún así, fué sin duda lo mejor del viaje (https://ebird.org/checklist/S139280130).
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Gente brava el Emil y Alibek |
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Aunque había ratos en los que no nevaba |
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Y encontrábamos comida de leopardo |
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Aunque lo de menos era encontrar al gatito |
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Lo importante era el postureo |