Cuando esta
primavera cortaron varias choperas en Puente la Reina, mi primera sensación fue
de desasosiego. A pesar de que son formaciones muy simples, al tratarse de
plantaciones monoespecíficas en las que todos los árboles tienen la misma edad,
lo que hace que tengan una capacidad de acogida limitada para las aves
(Martín-García et al., 2013), estas en concreto eran unas plantaciones bastante
maduras y algo descuidadas, lo que las hacía atractivas para las Oropéndolas /
Golden Oriole (Oriolus oriolus), los Pájaros moscones /
Penduline tit (Remiz pendulinus) o los pícidos.
Tramo de la chopera con 6 agujeros de Pico picapinos y Pico menor |
El Picapinos |
Sin
embargo, hay que tener en cuenta que no es un bosque de ribera, sino un cultivo
que se plantó 15 o 20 años antes para ser cosechada cuando alcanzase el
desarrollo adecuado. Así pues hay que ser capaz de entender que es tan solo una
alternativa a una siembra de maíz o de cualquier otro cultivo en regadío.
Los chopos puntisecos les encantan a los picidos |
Una vez
asumida esta realidad, queda disfrutar del bicherío que se concentra en estos
cultivos de regadío y soñar con que algún día los intereses económicos cambien
y junto a los ríos haya auténticos sotos en lugar de estos sucedáneos!
Tórtola europea que nidifica en la misma chopera |
Martín-García J., Barbaro L., Diez J. J. and
Jactel H. (2013). Contribution of poplar plantations to bird conservation in
riparian landscapes. Silva Fennica 47: 1043.