La
tarde del pasado 27 de Marzo, se estrenaban conmigo Fermín y Eneko, estudiantes
en prácticas en la Sociedad de Ciencias Aranzadi. La idea era dar una vuelta
por la zona de los nidales artificiales para cernícalo, tratando de capturar
alguno de los machos con trampa bal-chatry. En el trayecto en coche, les fui
explicando el proyecto y el plan de trabajo para esa tarde, dejándoles claro
que con los bichos no hay nada seguro y que hay días buenos pero que también cabía
la posibilidad de volvernos para casa con un rosco bien redondo.
No
habían pasado ni 15 minutos cuando llegamos a la zona de la primera caja y localizamos un macho posado en un nogal de las huertas de Mendigorría. A pesar
de no estar demasiado bien colocado, le echamos la trampa y nos alejamos unos
100 metros donde nos cruzamos con Giorgi, un amigo de Mendigorría que justo
iba para aparcar su furgoneta donde habíamos echado la trampa. Le acompañamos
para retirar la jaula, pensando en que teníamos toda la tarde por delante y que
ese macho ya caería otro día, pero menuda sorpresa cuando nos lo encontramos
enganchado!
100
metros y 3 minutos habían bastado!
Eneko y Fermín, pensando que lo normal es tardar 3 minutos en localizar un cernícalo, echar la trampa y capturarlo |
Al
soltarlo de los lazos la alegría iba en aumento, se trataba de un ejemplar
anillado y con anilla de color no propia!
M02488
de Aranzadi y anilla de lectura a distancia con inscripción 04 y color que en
su día sería morado.
Detalle de las anillas que le colocó Antonio Vilches en 2009 |
Tras
enviar inmediatamente los datos a la oficina de anillamiento de Aranzadi, la
espera se hizo eterna! La gran eficiencia de Ariñe y Agurtzane hizo que nuestra
incertidumbre durase menos de una semana, y que pronto supiésemos que nuestro
macho había sido anillado como macho euring 6 el 10 de Enero de 2009 en el
mismo municipio de Mendigorría por el amigo Antonio Vilches. Así pues, se
trataba de un ejemplar de al menos 10 años, todo un veterano!
Siempre
que capturas un pájaro esperas que venga con el premio que supone una anilla
colocada por otro anillador anteriormente y del mismo modo, siempre que colocas la anilla a un
pájaro lo haces con la esperanza de que algún día alguien lo recapture para así
poder ir obteniendo información. Pues en este caso la alegría fue aún más que
doble, ya que encima el anillador era un amigo!
Qué
buenos ratos nos da este vicio que tenemos!