La
perdiz Pardilla / Grey partridge (Perdix
perdix) tiene una amplia distribución de Europa
y Asia, desde Irlanda a los Urales
(Liukkonen-Anttila et al., 2002). Dentro de este basto territorio se distinguen
7 subespecies que ocupan hábitats muy diferentes, desde los monocultivos
cerealistas del centro de Francia (Bro et al 2004) hasta los brezales de alta
montaña entre los 1500-1800 msnm en la península Ibérica (Onrubia et al., 2003). Pues bien, a finales de verano
pude echar un rato paseando por este tipo de hábitat, rondando los 2.000
m.s.n.m. con los últimos pinos Negros (Pinus
uncianta) dispersos entre el manto de brezos (erica sp), arandaneras, pastos alpinos y afloramientos de roca con
la esperanza de detectar la presencia de estas escasas galliformes.
Iba
a tiro hecho, ya que el amigo Héctor Bintanel las había visto por la zona en
días anteriores, pero una cosa es que estén y otra muy distinta es verlas.
Comenzaba
a calentar el sol cuando encontré varias huellas y rastro de haber andado
escarbando alguna perdiz, pero como a veces las perdices Rojas / Red-legged
partridges (Alectoris rufa), también
alcanzan esas cotas, no me atreví a asegurar que se tratasen de indicios fijos
de pardas. Unos metros más adelante, una pluma enganchada en un chinebro, me
confirmaba la presencia de las pardillas! Por ahí andaban, ahora era sólo
cuestión de afinar la vista y el oído y tener suerte.
El
siguiente cuarto de hora se me hizo largo, buscando y buscando, pero sin dar
con más rastros ni mucho menos con las perdices. Estaba observando una Abubilla
/ Hoopope (Upupa epops) sedimentada
en esos prados alpinos para recuperar fuerzas y continuar su migración cuando a
pocos metros de mí se levantó el bando de 8 ejemplares de las ansiadas perdices
Pardillas!
Abubilla sedimentada en pastos de montaña durante la migración |
Como suele suceder, la observación se limitó a unos segundos en los que me fue totalmente imposible sacarles una foto testimonial ni tan si quiera disfrutarlas con los prismáticos. Unos segundos a pelo, pero suficiente para acelerar el pulso. Tienen un punto estos bichos!
Con
la alegría del encuentro con las pardas volví sobre mis pasos hacia el coche,
mejor dejarlas tranquilas, que en esas fechas los pollos aún son vulnerables y no está la
especie para andar con tonterías. Pero la suerte estaba de mi lado, y apenas
300 metros más adelante, más o menos donde había visto antes las plumas, otro
bando esta vez de tan sólo 4 perdices, se levantó de entre unos brezos por los
que había pasado yo hacía 30 minutos! Qué mimetismo tienen estas tías, fijo que
estaban ya antes y habían aguantado como unas valientes sin moverse!
Con
la felicidad en el cuerpo pero nuevamente sin foto continué bajando esta vez
más atento, ya que la perdices habían seguido en su vuelo una dirección
bastante similar a la de mi camino de descenso, pero no tuve más premios en la
bajada y llegué al coche con mis dos bandos de 8 y 4 perdices Pardillas, mucho
más de lo que esperaba encontrar. Decidí tomarme el pincho de longaniza un poco
más abajo, en un ensanchamiento de la carretera desde el que en ocasiones se
puede ver algún sarrio. Sin bajar del coche, me limité a abrir la ventanilla y
sacar el tele para peinar la ladera. Algo lejos, pero ahí estaba un rebaño de
docena y media de sarrios entre hembras y crías, todo redondo vamos. Como
estaban lejos, me bajé del coche a sacudirme las migas del pincho y no hice más
que poner un pié en el suelo, cuando a poco más de 25 metros de mí se levantó
un tercer bando de perdices Pardillas! 11 ejemplares que volaron ladera abajo
como unos cohetes! Cagate lorito! No las veía desde hacia por lo menos 3 años y
esta mañana me cruzo con 3 bandos de pardillas y uno a pié de carretera!
Bro, E., Mayot, P., Corda, E. and Reitz, F. (2004). Impact
of habitat management on grey partridge populations: assessing wildlife cover
using a multisite BACI experiment. Journal of Applied Ecology, 41: 846-857.
Liukkonen-Anttila, T., Uimaniemi, L, Orell, M. and Lumme, J. (2002). Mitochondrial
DNA variation and the phylogeography of the grey partridge (Perdix perdix) in
Europe: from Pleistocene history to present day populations. Journal of
Evolutionary Biology, 15: 971-982.
Onrubia, A., Lucio, A.,
Sáez de Buruaga, M., Robles, J.L. Canut, J. and Purroy, F. (2003). Perdiz pardilla (Perdix perdix) En, R. Martí y J. C. del Moral (Eds.): Atlas de las
Aves Reproductoras de España, pp. 216-217-. Dirección General de Conservación
de la Naturaleza-Sociedad Española de Ornitología. Madrid.
Buenísimas noticias. Un gusto ver tantas Pardillas. Eso denota que haberlas, haylas.
ResponderEliminarUn saludo, doctó.