martes, 17 de octubre de 2017

Las escasas perdices Pardillas del Pirineo / The scarce Grey Partridges form the Pyrenees

La perdiz Pardilla / Grey partridge (Perdix perdix) tiene una amplia distribución de Europa y Asia, desde Irlanda  a los Urales (Liukkonen-Anttila et al., 2002). Dentro de este basto territorio se distinguen 7 subespecies que ocupan hábitats muy diferentes, desde los monocultivos cerealistas del centro de Francia (Bro et al 2004) hasta los brezales de alta montaña entre los 1500-1800 msnm en la península Ibérica (Onrubia et  al., 2003). Pues bien, a finales de verano pude echar un rato paseando por este tipo de hábitat, rondando los 2.000 m.s.n.m. con los últimos pinos Negros (Pinus uncianta) dispersos entre el manto de brezos (erica sp), arandaneras, pastos alpinos y afloramientos de roca con la esperanza de detectar la presencia de estas escasas galliformes.
Iba a tiro hecho, ya que el amigo Héctor Bintanel las había visto por la zona en días anteriores, pero una cosa es que estén y otra muy distinta es verlas.
Comenzaba a calentar el sol cuando encontré varias huellas y rastro de haber andado escarbando alguna perdiz, pero como a veces las perdices Rojas / Red-legged partridges (Alectoris rufa), también alcanzan esas cotas, no me atreví a asegurar que se tratasen de indicios fijos de pardas. Unos metros más adelante, una pluma enganchada en un chinebro, me confirmaba la presencia de las pardillas! Por ahí andaban, ahora era sólo cuestión de afinar la vista y el oído y tener suerte.

 
Pluma de perdiz Pardilla enganchada en un enebro
 
Huella de perdiz Pardilla en la senda

El siguiente cuarto de hora se me hizo largo, buscando y buscando, pero sin dar con más rastros ni mucho menos con las perdices. Estaba observando una Abubilla / Hoopope (Upupa epops) sedimentada en esos prados alpinos para recuperar fuerzas y continuar su migración cuando a pocos metros de mí se levantó el bando de 8 ejemplares de las ansiadas perdices Pardillas!

Abubilla sedimentada en pastos de montaña durante la migración

Como suele suceder, la observación se limitó a unos segundos en los que me fue totalmente imposible sacarles una foto testimonial ni tan si quiera disfrutarlas con los prismáticos. Unos segundos a pelo, pero suficiente para acelerar el pulso. Tienen un punto estos bichos!
Con la alegría del encuentro con las pardas volví sobre mis pasos hacia el coche, mejor dejarlas tranquilas, que en esas fechas los pollos aún son vulnerables y no está la especie para andar con tonterías. Pero la suerte estaba de mi lado, y apenas 300 metros más adelante, más o menos donde había visto antes las plumas, otro bando esta vez de tan sólo 4 perdices, se levantó de entre unos brezos por los que había pasado yo hacía 30 minutos! Qué mimetismo tienen estas tías, fijo que estaban ya antes y habían aguantado como unas valientes sin moverse!
Con la felicidad en el cuerpo pero nuevamente sin foto continué bajando esta vez más atento, ya que la perdices habían seguido en su vuelo una dirección bastante similar a la de mi camino de descenso, pero no tuve más premios en la bajada y llegué al coche con mis dos bandos de 8 y 4 perdices Pardillas, mucho más de lo que esperaba encontrar. Decidí tomarme el pincho de longaniza un poco más abajo, en un ensanchamiento de la carretera desde el que en ocasiones se puede ver algún sarrio. Sin bajar del coche, me limité a abrir la ventanilla y sacar el tele para peinar la ladera. Algo lejos, pero ahí estaba un rebaño de docena y media de sarrios entre hembras y crías, todo redondo vamos. Como estaban lejos, me bajé del coche a sacudirme las migas del pincho y no hice más que poner un pié en el suelo, cuando a poco más de 25 metros de mí se levantó un tercer bando de perdices Pardillas! 11 ejemplares que volaron ladera abajo como unos cohetes! Cagate lorito! No las veía desde hacia por lo menos 3 años y esta mañana me cruzo con 3 bandos de pardillas y uno a pié de carretera!


Bro, E., Mayot, P., Corda, E. and Reitz, F. (2004). Impact of habitat management on grey partridge populations: assessing wildlife cover using a multisite BACI experiment. Journal of Applied Ecology, 41: 846-857.

Liukkonen-Anttila, T., Uimaniemi, L, Orell, M. and Lumme, J. (2002). Mitochondrial DNA variation and the phylogeography of the grey partridge (Perdix perdix) in Europe: from Pleistocene history to present day populations. Journal of Evolutionary Biology, 15: 971-982.

Onrubia, A., Lucio, A., Sáez de Buruaga, M., Robles, J.L. Canut, J. and Purroy, F. (2003). Perdiz pardilla (Perdix perdix) En, R. Martí y J. C. del Moral (Eds.): Atlas de las Aves Reproductoras de España, pp. 216-217-. Dirección General de Conservación de la Naturaleza-Sociedad Española de Ornitología. Madrid.

1 comentario:

  1. Buenísimas noticias. Un gusto ver tantas Pardillas. Eso denota que haberlas, haylas.
    Un saludo, doctó.

    ResponderEliminar