A pesar de que durante la tesis me tocó pasar bastante tiempo por
tierras linceras, nunca había tenido la suerte de observar a este emblema
peninsular en libertad. Es cierto que por aquel entonces, había muchos menos Linces
(menos de 200 en libertad según los censos oficiales) y también menos personas
que fuesen a tratar de observarlo, con lo bueno y malo que eso tiene. Desde
entonces hasta ahora, la situación de este felino ha mejorado notablemente en
gran medida gracias a las acciones del proyecto LIFE+ IBERLINCE (http://www.iberlince.eu/index.php/esp/).
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Mi primer y único Lince! |
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Hábitat ocupado por el Lince en Andujar. Al fondo la Virgen de la Cabeza. |
En
estos años se ha superado con holgura la cifra de 600 linces en libertad
repatidos entre Doñana/Aljarafe, Andújar/Cardeña, los
valles del río Guadalmellato y el río Guarrizas en Analucía, el Parque Natural
Vale do Guadiana en Portugal, el valle del río Matachel en Extremadura y Sierra
Morena Oriental y Montes de Toledo en
Castilla-La Mancha.
Pues bien, el caso es que este mes de enero los astros se han
alineado y he podido escapar un fin de semana largo a Andujar con Sergio
González y David Arranz a tratar de ver a nuestro Lince. En Andujar nos
juntamos con Danieltxo, Borja, Gonzalo y otros conocidos que llevaban ahí ya
varios días y que nos pusieron nerviosos con las observaciones que habían
tenido los días anteriores mientras nos bajábamos una bortella de tinto Magnun
en el Hostal los Pinos. El amanecer del viernes nos encontró ya en nuestro
punto de vigilancia, bien cargados de ilusión, café, campurrianas, chorizo,
cervezas, vino de Almudevar, queso, yatekomos…las esperas hay que sufirlas pero con estilo.
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Tenemos una edad y hay que cuidarse incluso en el campo |
Cuando había pasado poco más de una hora, Danieltxo nos avisa de
que está viendo un lince y que está sentado, que nos acerquemos a donde está él
para poder verlo. Con paso ligero y nervioso le obedecemos, pero cuando
llegamos el bicho ya se ha marchado y no lo relocalizamos. Más nervios, pero
bueno, aún queda tiempo. Volvemos a nuestra atalaya y disfrutamos de lo lindo
con las Águila imperiales / Iberian Imperial Eagle (Aquila adalberti), los Buitres negros / Cinereus Vulture (Aegypius monachus) los Rabilargos / Iberian Magpie (Cyanopica cooki), los Gamos / Fallow deer (Dama dama), los Ciervos / Red deer (Cervus elaphus) y unos lejanos
Muflones / Mouflon (Ovis musimon)
especies que o bien no están o son muy difíciles de ver en Navarra.
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Uno de los dos adultos de Imperial que nos sobrevolaron todo el día |
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Buitre negro; otro de los habituales en la zona |
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Los rabilargos ayudaron a localizar al Lince |
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Machos de Gamo pastando tranquilamente |
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Ídem los Ciervos |
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El Conejo de Monte, uno de los responsables de que al Lince le vaya bien |
También nos tuvieron entretenidos un camión de Pitos verdes /
Iberian Green Woodpecker (Picus sharpei),
de Perdices / Red-legged partidges (Alectoris
rufa) y de Palomas Torcaces / Wood
Pigeon (Columba palumbus). La verdad es que el sitio merece la pena incluso sin el
Lince y además hacía un tiempo buenísimo, pero bueno, habíamos ido a por el
gato y coforme pasaban las horas nos empezábamos a poner morenos y nerviosos a
partes iguales. Cuando ya llevavamos más de 10 horas de espera, de nuevo
Danieltxo nos avisó para que fuéramos a su punto porque tenía otro Lince que se
movia despacio a media ladera. Esta vez el paso ligero fue algo más que ligero
y conseguimos llegar al lugar a tiempo para poder ver al bicho tumbado y
perfectamente camuflado bajo unas pequeñas encinas. Yuju!
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Aunque cueste verlo, en el centro hay un Lince tumbado |
El resto de personas fueron acercándose al mismo lugar y las
risillas nerviosas se fueron apoderando del momento. Tras unos minutos que se
me antojaron horas, el Lince, que resultó ser un macho, se levantó y comenzó a
moverse hacia nosotros, descendiendo poco a poco por una barranquera,
parándose, marcando con orina cada poco tiempo. Probablemente no serían más de
20 minutos, pero fue un subidón totalmente tremendo.
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Borja, Gonzalo y otros muchos pudieron disfrutarlo en primera fila |
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Y el amigo Lince se dejó querer |
Lo habíamos conseguido, habíamos podido observar al famoso Lince y
además a gusto y de cerca. Sorprende el poco miedo que muestra esta especie
hacia el ser humano, al menos en este lugar, ya que se paseo entre un mar de
cámaras y prismáticos sin que pareciera molestarle demasiado. Tal vez estos
ejemplares ya se hayan acostumbrado al turismo lincero, o tal vez sean así de
chuletas y se vean a si mismos como la punta de la pirámide. Sea por lo que
sea, es una gozada poder vivir estas experiencias!
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Tras la huellas del Lince. Menuda manaza! |