lunes, 20 de noviembre de 2023

Viaje a Kirguistan: Ruta y bichos 26 a 28 de mayo

Días 25: llegada a Tosor

Tras nuestra estancia en Shamshy, continuamos viaje hacia una de las zonas más turísticas del país, el lago Issyk Kul. Por recomendación de Kuban, visitamos la orilla sur del lago, donde el turismo es todavía anecdótico y concentrado en los meses de verano, fijando el campamento en Tosor. A pesar de ser más turístico, todavía está muy poco desarrollado y estaban construyendo la carretera, por lo que los 300 km se hicieron algo largos por caminos de concentración parcelaria. Lo bueno es que el paisaje era una pasada y curaba el dolor de espalda de inmediato. Hicimos alguna parada breve en algún pueblo y al sobre todo al llegar al lago, que nos pareció totalmente impresionante. Lo llamaran lago, pero la impresión que te da al verlo es que estas en el mar. Además, sin desviarnos apenas de la ruta pudimos ver a placer alguna de las especies que llevas toda la vida viendo en la guía como la lavandera cetrina (Motacilla citreola), la subespecie feldegg de la lavandera boyera (M. flava feldegg) o la collalba desértica (Oenanthe deserti) de la que estoy seguro de que sacamos varias fotos pero no he conseguido encontrar! https://ebird.org/checklist/S139281206

 

Lavandera boyera feldegg (M. flava feldegg)


Tarros canelos en los campos cercanos al lago


Lavandera cetrina (Motacilla citreola calcarata)


Tras una ducha reparadora en el campamento cuqui de yurtas, un atardecer potente en la orilla del lago y una cena casera de lujo medio largo en los cojines de la “yurta-comedor”, nos tocó la parte más difícil del viaje: conseguir cervezas frías. El supermercado del pueblo era una especie de Badulaque de los Simpson donde podías encontrar gominolas, zapatillas de estar por casa, patatas fritas de sabores raros o un bote de pintura, pero de cervezas ni rastro. Menos mal que el dependiente nos comentó que en la casa de enfrente vivía una señora que sí tenía y que bastaba llamar a la puerta para que saliera, nos abriese la bajera y nos vendiera unas cuantas Pivo de 7º que nos sabían a gloria bendita!

 

Días 26: paso Suyek y cañón de Skazka

A la mañana siguiente madrugamos para llegar con hora al paso Sutek, último punto con posibilidad de observar leopardos y pico ibis y el único del viaje donde tratar de observar el carnero Marco Polo (Ovis ammon polii). A pesar de haber sido una opción un poco improvisada, está claro que Kuban sabía dónde nos mandaba porque resultó ser un sitio super expectacular y donde no había nadie más que nosotros, dos pastores de Yaks y algún caminonero llevando gasoil de camino a China. Por la subida al puerto fuimos haciendo paradas a la búsqueda del pico ibis en el río y de íbices o carneros en las laderas, sin que se dejaran ni uno ni otros, aunque su ausencia la compensaban el paisaje, los quebrantahuesos, las áquilas reales, las chovas piquirrojas y piquigualdas e incluso un lejano andarríos del Terek (Xenus cinereus). También fue una grata sorpresa un bando de pinzón montano de Hodgson (Leucosticte nemoricola) y  la especie de colirrojo que nos faltaba, el colirrojo acuático (Phoenicurus leucocephalus), que, para mí, era incluso más bonito que los anteriores.

https://ebird.org/checklist/S139281712


Rebaño de Yaks de camino al paso Suyek

Phoenicurus leucocephalus testimonial



Grupo de pinzones montanos de Hodgson (Leucosticte nemoricola)



Te cagas Manolete con el acúmulo de nieve que había! 
A ver quien tiene narices de cantar una jota!

 


Guiris en el collado de 3875 m



Snow leopard in the high mountains


Cuando superamos los casi 4000 m del puerto y alcanzamos el altiplano de Suyek decimos detenernos donde se suponía que había un lago de montaña, cubierto por la nieve, echar un bocado y peinar la zona en un último intente de que se nos apareciera un carnero Marco Polo, unos perdigallos himalayos (Tetraogallus himalayensis) o el leopardo que se los tenía que merendar. El sitio era tan inmenso y tenía todo tan buena pinta que no sabíamos muy bien dónde mirar, pero el tito Sergei Ranger se puso serio y consiguió localizar un grupo de carneros medio tumbados en una ladera a 500 metros. Aunque costaba un montón verlos, poco a poco se fueron levantando y se alejaron tranquilamente pasando recortados al otro lado del collado y permitiéndonos disfrutar varios minutos de una observación mucho mejor de lo que yo esperaba.

Lago glacial del paso Suyek helado y cubierto de nieve


Grupo de 5 carneros Marco Polo (Ovis ammon poliitumbados 

 

Y cruzando al otro lado de la loma

 

Con la sonrisa de bobos que se nos quedó tras la observación de los Marco Polos, comenzamos el descenso para tratar de llegar al cañon de Skazka con hora decente para comer algo y tener la luz en su punto para las fotos de Eduardo y Toño. Lo que habíamos visto en internet prometía, pero la realidad fue muchísimo más impresionante de lo que pensábamos. Si bien el número de especies de aves que vimos fue bajo, el paisaje es inmenso y merece muchísimo la pena, sobre todo para los fotógrafos. Aun así, pudimos “detectar” más que ver dos ejemplares de curruca de Hume (Curruca althaea), una macho de coliirojo tizòn samaricus y una pareja de la especie de collalba que nos faltaba, la Collalba pia (Oenanathe pleschanka). https://ebird.org/checklist/S139447275

Tras estirar la tarde hasta casi la caída del sol, nos volvimos a campamento de yurtas de Tosor, con la parada obligatoria en la casa de nuestra amiga para conseguirnos la dosis diaria de cervecitas!

 

Cañon de Skazka


Intrépido fotógrafo guiri en Skazka


Hembra de collalba pía (Oenanthe pleschanka)


 

Macho de collalba pía (Oenanthe pleschanka)


Ph. ochrurus samaricus


Curruca de hume (Curruca althaea) testimonial

 

27 y 28 de vuelta a Biskek

Como queríamos ir a lo seguro, nos reservamos los dos últimos días para regresar a Biskek tranquilamente por nuestros caminos de parcelaria, devolver el coche y pasar las últimas horas paseando por la capital. De viaje vimos un par de bandos de estorninos rosados (Pastor roseus), especie que pensábamos iba a ser común y que por poco se nos escapa, y alguna otra especie que ya habíamos sacado anteriormente (ratoneros vulpinus, varios alcudones, grajas, carracas…). Ya en Biskek, devolvimos el coche y nos acercamos al mercado de Osh Bazar. Este sitio nos encantó. Tal y como había sido la tónica general del viaje, era un sitio totalmente auténtico, una especie de zoco donde vendían ropa, comida, sartenes…pero sin agobiarnos en ningún momento y donde la gente movía mercancías en carros y comían empanadillas como las de Kunfu Panga mientras caminaban. Como nosotros somo muy finos, nos metimos a comer en el único restaurante que había en el mercado y nos pusimos tibios por cuatro perras. Esos sí, para beber te chai, la cerveza ni olerla.


Vencejos reales en Biskek


Puestos de la calle de Osh bazar


Interior del edificio principal del mercado


Y un tío fuerte acarreando mercancía

 

Comida típica en el restaurante de Osh Bazar

Por la tarde nos dimos otro garbeo por varias plazas ajardinadas donde pudimos sacar por canto el carricero de Blyth (Acrocephalus dumetorum), pero donde no fuimos capaces de ver ni el herrerillo cyaneo (Cyanistes cyanus) ni el verdecillo de frente roja (Serinus pusilus), para otra vez será.  


Carricero de Blyth (Acrocephalus dumetorum) fantasma


Mina urbana

Lo que si conseguimos fueron una birras más buenas que para qué, unos cuantos regalos para llevar a casa y una cena de morro fino en el restaurante pijo de la ciudad, frente al colegio de médicos. No todo van a ser penurias!


Cena de morro fino en el restaurante pijo de Biskek


Pan de Elfo que ahí se tomaban de postre

lunes, 14 de agosto de 2023

Viaje a Kirguistan: Ruta y bichos 19 al 25 de mayo

Días 19-20: de Tudela a Bishkek con escala en Calatayud 


Con todo organizado y más nervios que unos adolescentes en el viaje de fin de curso, estábamos el viernes 19 en la estación de tren de Tudela para iniciar el viaje con el regional a Zaragoza.  Como somos medio tontos, en cuanto vimos aparecer un tren, 10 minutos antes de la hora que ponía en nuestros billetes, nos subimos los cuatro y comenzamos a buscar unos asientos libres que no aparecían. Tras hacer la comedia y dar por riau a medio vagón, conseguimos encajar las maletas, pero cuando paso la revisora y nos pidió los billetes, entendimos por qué no encontrábamos hueco, ya que nos habíamos subido al AVE que iba a Madrid sin paradas en lugar del regional que iba a Zaragoza y que paraba en todos los pueblos del mundo! Cuando le explicamos a esa pobre muchacha que teníamos que llegar a Barcelona para coger un vuelo a Kirguistán con escala en Estambul, el resto de viajeros del vagón empezaron a pensar que en realidad éramos un grupo de comediantes contratados como entretenimiento. Además, para más inri, a mi espalda escucho una voz conocida; Adriana, una moza de mi pueblo que además es profesora en el cole de mis hijos partiéndose el culo “de verdad crees que vas a llegar a Kirguistán? si os habéis perdido entre Tudela y Zaragoza!, cuando se lo diga a Marimar…!


Total, que la revisora nos vió con cara de buenas personas (o de demasiado zoquetes),

e apiadó de nosotros y, no me digas  cómo, pero consiguió que el AVE parase en la estación de Calatayud para que ahí pudiéramos coger otro tren en sentido contrario que iba directo a Barcelona. Cuando le explicamos la situación al señor que estaba en la estación de Calatayud nos miró unos segundos un cara de entre lástima y cachondeo, hizo algunas llamadas y nos dió un papel reciclado en el que había escrito con boli “AVLO 3609, coche 005…” para que lo usáramos como billete

en el AVE que pararía en Calatayud a las 19:00. Cágate lorito!

Total, que aún nos dio tiempo de echar una cosa parecida a cerveza que llaman radler en el bar de al lado antes de volver al tren.


Tranquilos chavales, todo va a salir bien decía el tío!

Billete VIP Calatayud-Barcelona


Una vez superada esta etapa, coger el primer avión en Barcelona, hacer el transbordo en el aeropuerto gigante de Estambul, comprar una tarjeta SIM a las 2 de la mañana en el aeropuerto de Biskek y entendernos con un taxista que sólo hablaba ruso para que nos llevara al hotel, era pan comido y nos salió rodado!



Prueba superada!


Día 21

A pesar de que llegamos a Biskek a las 2 de la mañana, al día siguiente nos levantamos a una hora decente, recogimos el coche de alquiler y a las 11:00 ya estábamos con Kuban ultimando los detalles de nuestra estancia en Shamshy y anotando recomendaciones acerca de los puntos más interesantes de nuestro primer destino: el parque nacional Ala Archa. Este parque está ubicado en las montañas de Tian Shan a poco más de media hora de Biskek y, sin duda, es un destino obligado. 



La entrada se sitúa a poco más de 1.500 m, con una zona de praderas junto al río Ala Archa, y es una zona muy concurrida por los turistas locales en plan picnic de fin de semana, pero en cuanto empiezas a subir, apenas hay gente. Esa zona junto al río es muy buena para ver el pico ibis (Ibidorhyncha struthersii), pero entre semana, ya que el domingo que estuvimos nosotros, las orillas del río estaban llenas de gente y era imposible ni siquiera intentarlo. El parque tiene unos cuantos glaciares y picos de casi 5.000 m. pero como nosotros tan sólo le podíamos dedicar un día, nos limitamos a seguir la ruta al glaciar Askay hasta una altura de poco más de 2000 disfrutando de las liebres del Himalaya (Lepus tolai), las marmotas grises (Marmota balbacina), los carboneros nuquirufos (Periparus rufonuchalis) los petirrojos del Himalaya (Calliope pectoralis), los quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) o el amenazado buitre del Himalaya (Gyps himalayensis) (lista completa en ebird: https://ebird.org/checklist/S138713878 )




Glaciar Askay


Parte baja de Ala Archa, donde se suelo ver el pico ibis



Ardilla roja (blanquecina más bien) acostumbrada a que
la alimenten en la parte baja de Ala Archa


Y la misma situación con un carbonero nuquirufo 



Bicho guapo el nuquirrufo este




Ya en la zona sin gente disfrutando de los bichos  



Y, sin duda, este era uno de los más fotogénicos



Pero las marmotas también se gustaban


A la espera de ver salir el perdigallo himalayo


Nos conformamos con las inesperadas liebres tolai



Sergei ranger mirando al horizonte



Día 22

A la mañana siguiente decidimos, con mucho acierto, dar una vuelta en el entorno del Hotel Olive, ya que en el pequeño soto y la zona de pastos intercalados con pequeñas casetas de recreo sacamos un buen montón de especies incluídas las dos especies de mirlo acuático (Cinclus cinclus y C. pallasi), la lavandera blanca personata (Motacilla alba personata), la curruca zarcerilla (Sylvia curruca) y el arenga (Myophonus caeruleus), una especie de zorzal azul raruno al que le teníamos muchas ganas (https://ebird.org/checklist/S139278201).


Cinclus pallasi


Lavandera blanca personata



Arenga (Myophonus caeruleus)

 

Tras el paseillo, empezamos el camino hacia la reserva de Shamsy parando cada poco cuando veíamos alguna zona con movimiento de bichos. La más interesante fué sin duda unos barbechos bordeados por una línea de árboles cerca del cementerio de Biskek, donde entre otros, vimos 3 especies de alcaudón (L. minor, L.schach y L. phoenicuroides), el escribano carirrojo (Emberiza bruniceps), el ratonero moro (Buteo rufinus), la tarabilla siberiana (Saxicola maura), un camión de carracas (C. garrulus) y un inesperado “perrillo de las praderas” (Spermophilus relictus) que además posó un rato a gusto para delicia del amigo Toño (https://ebird.org/checklist/S139278718 )



Ratonero moro en ruta



Tarabilla siberiana



Escribano carirrojo

 


Ardilla terrestre asiática (Spermophilus relictus)

Lanius phoenicuroides



Lanius minor


Lanius schanch



Una de las múltiples carracas



En Tokmok nos juntamos con “Emil”, el guarda de la snow leopard trust que sería nuestro rastreador, cocinero y preparador de te chai durante los siguientes 3 días, dejamos atrás las carreteras y comenzamos el camino a Shamshy. Se tratra de una antigua reserva de caza que desde 2015 está dirigida a la conservación de la fauna, en especial del leopardo de las nieves (https://snowleopard.org/a-first-glimpse-at-the-wildlife-of-shamshy-sanctuary/) . La gestión corre a cargo de la snow leopart trust y va dirigida a compatibilizar el desarrollo de la gente que vive en ese entorno (principalmente pastores) con la conservación del leopardo (https://youtu.be/Qjgemg2urSk


Días 23-25

A pesar de que no conseguimos ver al leopardo y que la meteorología fue durilla la estancia en Shamshy fué una autentica pasada. Desde la misma cabaña veíamos cada mañana a los Ibices himalayos pastando en el collado, una pareja de esmerejones (Falco columbarius) defendiendo su nido en una picea de unas cansinas cornejas (Corvus corone), un alcotán (Falco subbuteo) y una pareja de gavilanes (Accipiter nisus), 4 especies de colirrojo diferentes (Phoenicurus erythronotus, P. coeruleocephala, P. phoenicurus y P. o. samaricus) y a cual más bonita, las pericles chukar (Alectoris chukar) e incluso el carbonerito de Sophie (Leptopoecile sophiae) que tan sólo Toño fué capaz de fotografiar fugazmente. 



Buscando íbices desde la cabaña de Shamshy

 


Y ahí estaban los primeros



Phoenicurus erythronotus



Phoenicurus caeruleocephala


Las chukar era fácil oirlas, pero las bandidas no salían 
apenas de matorral


Y si el entorno de la cabaña era espectacular, las zonas altas donde Emil colocaba sus cámaras trampa y donde tratamos de buscar al leopardo ya ni te cuento. Cada mañana, Emil nos preparaba un desayuno potente; bien de pasas, huevos duros, pepino y te chai a punta pala y, si no nevaba o llovía mucho, nos montaba en los caballos y para arriba a buscar comida de leopardo, osease, íbices. Al principio nos costó un poco hacer la vista y era Emil el que nos los sacaba, pero al final del primer día, “Sergei Ranger”, ya había cambiado las gafas de gangas bardeneras por las de ibice montañero y le trataba de quitar el puesto. Para cuatro cuarentones que no habían montado a caballo prácticamente nunca, subir por aquellas cuestas con nieve, por enmedio del río, cayendo aguanieve todo el rato, sin cobertura…al principio daba un poco de respeto, pero en cuanto vimos que los caballos ibán sólo, nos relajamos y nos centramos en disfrutar del sitio. El número especies no fué demasiado alto y se nos resistieron alguna como el perdigallo himalayo (Tetraogallus himalayensis) a la que le teníamos muchas ganas, pero aún así, fué sin duda lo mejor del viaje (https://ebird.org/checklist/S139280130). 



Gente brava el Emil y Alibek

 


Aunque había ratos en los que no nevaba

Y encontrábamos comida de leopardo


Aunque lo de menos era encontrar al gatito



Lo importante era el postureo