Los
cernícalos vulgares tienen una forma de posarse perfectamente estudiada para
que sea prácticamente imposible leerles las anillas de lectura a distancia. Por
este motivo, este año 2017 hemos cambiado de táctica, y en lugar de dejarnos
los ojos para leer con el telescopio las anillas que colocamos en años
anteriores, hemos decidido intentar recapturar estos cernícalos recurriendo a
trampas Bal-chatry.
Pues
bien, estos días hemos empezado a tantear el tema y Daniel Alonso, Juan Mari
Barbarin, Alberto Lizarraga y un servidor, dimos una vuelta por la zona con
nidales del entorno de Artajona. No se nos dio demasiado bien, pero echamos un
rato a gusto, pusimos a punto la forma de trabajo y se pudieron reír de mi
incapacidad para lanzar correctamente las trampas.
Hembra 5 de Cernícalo en el momento de ser liberada por Juan Mari Barbarin |
Como
era lógico, la segunda vez la cosa mejoró consiguiendo, en el mismo tiempo y
por la misma zona, la captura de 2 ejemplares. El primero de ellos fue una
hembra nacida el año anterior (5) que se lanzó a por el ratón sin apenas darme
tiempo a alejarme con la furgoneta. Con los nervios del momento y sin compañía
esta vez, la cubrí con la toalla para tranquilizarla mientras la desenredaba y
pude procesarla sin mayores problemas.
Otra hembra 5, esta capturada en la segunda sesión de anillamiento |
Tras este triunfo, iba yo ya con la sonrisa tonta en la cara y más pendiente de mandarles el mensaje del triunfo a los compañeros que de otra cosa. Pues bien, con este despiste me descuidé y levanté el que podría haber sido el segundo cernícalo de la tarde, que estaba posado en un tubo de riego a escasos 5 metros del camino por donde yo circulaba. Encima un macho con la cabeza más gris que pa´que! Tras un par de juramentos y ya con la atención puesta en lo que estaba continué hacia el oeste y otra vez la misma faena, me despisto (por el sol diré) y levanto el tercer cernícalo de la tarde que esta posado en una caseta junto al camino. Esta vez le echo la culpa con el sol, que molestaba ya un poco. Cambio de dirección, con el sol a mi espalda y tras media hora más o menos encuentro el cuarto cernícalo de la tarde. Posada en una torreta eléctrica hay lo que parece una hembra. Le echo la bal-chatry a más de 100 m porque no me fio de que salte también y me quede sin captura y continúo, sobrepasándola hasta parar 100 m más adelante en un pequeño alto que me permite ver tanto la trampa como al pájaro. Permanece quieta, no se mueve en los 10 minutos de espera que se me hacen interminables, pero en el que debía de ser el 11 salta de la torreta, vuela directa a la trampa, se cierne un segundo a pocos metros y zasca, se tira a por el ratón!
Como
una moto voy hasta la trampa, la cubro nuevamente con la toalla, la desenredo y
la proceso. Se trata de una hembra adulta (6) fuerte como ella sola, con la que
me saco el cutre-selfie de rigor para poner los dientes largos a los amigos.
Segunda hembra del día, en este caso una adulta (6) |
Y nuevamente con la cara de bobo puesta me retiro a mis labores de padre ejemplar, y a rememorar las dos subidas de adrenalina que me han regalado las cernícalas esta tarde.
Eres un artista Diego.
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